Nació en Pergamino en 1857. Fue fundadora del primer
periódico feminista de Morón y pedagoga de avanzada. Desde 1884 cubrió varios cargos en diferentes escuelas de Bella Vista, En 1897 esta maestra socialista creó el diario "EL
ADELANTO", Periódico Educacionista, Literario y Social
con dirección, redacción y administración puramente
femenina.
Desde ese medio un grupo emprendedor de
mujeres se ocupó de la defensa de los maestros, del
reclamo por falta de pagos y del problema sanitario en
los colegios. También denunciaban la injusticia social,
propiciaban la solidaridad con las clases humildes,
enjuiciaban la desigualdad social, la ostentación y el
abuso de poder.
En 1904 Pascuala fundó la Escuela Popular Laica, era
gratuita y mixta. Allí se puso en práctica una pedagogía de avanzada para la época en la
que no faltaban las excursiones, la enseñanza través de ilustraciones con láminas y la
formación docente.
Falleció en 1933 a los 76 años de edad. Sus restos se encuentran en el Cementerio de Moron.
Justina Pascuala Cueto había nacido en Pergamino en 1857. Se diplomó de maestra normal en 1880 en la parroquia de Catedral al Sur. En 1886 solicitó al Consejo Escolar un cargo en una escuela rural, que desempeñó en Bella Vista. Un año después sería designada directora de la Escuela N°3 en Morón y, a partir de 1890, lo sería de la Escuela N°2 en este mismo partido, donde se afincaría hasta el final de su vida.
Sus profundas convicciones la acercaron al Partido Socialista, en el que un buen número de mujeres de su tiempo comenzaron a militar. Pascuala formó parte de una generación de mujeres nacidas entre 1835 y 1860 que compartieron con los hombres de la Generación del 80, la modernización del país, pero desde una óptica diferente.
El progreso era la idea fuerza de aquella Argentina rica, donde el crecimiento urbano, la electricidad, las mejoras sanitarias, los nuevos medios de comunicación, sumados a la llegada de miles de trabajadores inmigrantes, anunciaban crecimiento y cambios importantes. Pero para muchas de estas mujeres todo esto no alcanzaba, era necesario mejorar la condición femenina, su derecho a la educación, a trabajar fuera del hogar, a expresarse, a participar en política. Sabían también que esto sólo se lograría transformando la sociedad en general.
Pascuala Cueto era una de esas mujeres. No solamente era una maestra apasionada que promovía las nuevas ideas en materia educativa, paralelamente a su labor docente dirigió durante varios años un Periódico Educacionista, Literario y Social llamado El Adelanto, con dirección, redacción y administración femenina.
Allí, acompañando los temas netamente pedagógicos, se ocuparon de la defensa de los maestros, del reclamo por falta de pagos o del problema sanitario en los colegios. Pero la visión de estas periodistas era mucho más amplia, ya que fundamentalmente denunciaban la injusticia social, propiciaban la solidaridad con las clases humildes y enjuiciaban la desigualdad social, la ostentación y el abuso de poder.
Fenia Chertkoff formaba parte del consejo editor del periódico. Ella pasaba largas temporadas en Morón, conocía muy bien los problemas de la localidad y los denunciaba en El Adelanto, especialmente temas relacionados con la insalubridad, la educación y la niñez desprotegida.
Además de dirigir la escuela, Pascuala enseñaba en la Sociedad Cosmopolita de Trabajadores, que brindaba clases nocturnas a obreros y artesanos. Muchas eran entonces las razones para que tanto las autoridades del Consejo Escolar y algunos sectores de la sociedad, no vieran con buenos ojos a esta verdadera transgresora. Fue entonces que a instancias del Círculo Católico de Obreros, las autoridades del Consejo Escolar, con increíbles acusaciones que indignaron a la opinión pública, pidieron la destitución de su cargo de directora.
Se la acusó de levantar suscripciones para adquirir un piano para la escuela, dictar conferencias después de horario de clase, enseñar en una escuela socialista como lo era la que solventaba la Sociedad Cosmopolita. También se la señaló por escribir en una Revista contra las disposiciones del Consejo Escolar, y por no concurrir a misa los domingos.
Cuando su destitución, un importante grupo de vecinos organizó una manifestación desde la Plaza hasta su casa, para reivindicarla y demostrarle su apoyo. La reacción de la comunidad fue inmediata: 500 personas se reunieron en la Plaza Alsina (moron) para apoyar a Pascuala, organizándose un acto en que los oradores fueron entre otros el Dr. Ángel Giménez, importante dirigente socialista, médico higienista, defensor de la educación y las bibliotecas populares. Hablaron representantes del Círculo Socialista femenino, del que formaban parte las hermanas Chertkof, muy vinculadas a este pueblo. Representando a las docentes de Morón, tomó la palabra Clemencia Ceballos, “antigua educacionista”, en ese momento maestra de la Sociedad Cosmopolita de Trabajadores. Después del acto, una columna imponente se dirigió a la casa de Pascuala a demostrarle su apoyo. El diario La Nación consignaba que la concurrencia al acto “se disolvió aclamando ruidosamente a la Srta. Cueto”. Los periódicos de la época denunciaban el atropello cometido contra la maestra. La Vanguardia titulaba el relato “La mazorca en Morón” y la Prensa hablaba de “ciego absolutismo”. El caso y su repercusión popular fueron noticia a nivel nacional.
Finalmente, Pascuala fue suspendida en su cargo, pero el Centro Socialista Femenino, apoyado por la Liga por la Educación Laica, puso en marcha un proyecto de creación de una nueva escuela: LA ESCUELA POPULAR LAICA DE MORÓN, que fue abierta en 1903 y estuvo a cargo de Pascuala Cueto.
La Escuela Popular funcionó en la esquina de las calles Brown y Uruguay, Hoy Partido de Morón) durante 7 años desde 1904 hasta más allá de 1910. Tuvo un promedio de 100 alumnos por año, albergando niños de ambos sexos. Era totalmente gratuita y recibía el apoyo de distintas organizaciones políticas y sociales así como de la sociedad moronense.
Especialmente el Centro socialista femenino llamaba a colaborar con la Escuela Cueto y daba a través de La Vanguardia el listado de donantes entre los que eran principales sostenedores, Fenia Chertkof y su marido el dirigente socialista Nicolás Repetto. Se organizaban bailes, conciertos y conferencias.
Transcribimos a continuación algunos de los avisos, publicados en La Vanguardia, en los que se anunciaban la inauguración y actividades de la escuela
“Se invita a todos los compañeros y compañeras a la inauguración de esta Escuela en Morón, mañana domingo a las 3 de la tarde, en la calle Brown 155. En la fiesta darán conferencias el compañero. Dr. Repetto y la compañera Luisa Campodónico. Se distribuirán bombones a los niños.”
“La compañía del teatro Apolo dará una función el jueves 3 de Marzo a beneficio de la Escuela Popular Cueto. Platea con entrada 1 peso. A las 8 en punto.”
Desde la escuela se creó una biblioteca pública, se hizo extensión a la comunidad, se creó un jardín de infantes, se impartió enseñanza a los trabajadores en clases nocturnas, se hizo capacitación docente en conferencias pedagógicas abiertas, formando maestras tanto en Morón como en localidades vecinas.
Dice la historiadora Dora Barrancos: “La escuela de Pascuala Cueto tuvo un desarrollo tan prominente que no eran pocos los visitantes, incluidos los extranjeros que iban a ver esa experiencia”. Y agrega: “aun cuando usaran los mismos textos escolares, seguramente porque había allí una gran presencia de las ideas positivo-evolucionistas, la figura de Darwin fuera una figura central en la propuesta pedagógica de esa escuela. Era una escuela que pretendía ser ejemplar y tuvo un ciclo de magisterio destinado a preparar jóvenes que iban a dar exámenes a La Plata”.
Su carácter laico produjo importantes enfrentamientos y así lo hizo saber Pascuala en La Vanguardia, donde se denunciaba el avance de los colegios católicos y ella misma contaba el atropello.Desde este periódico, el socialismo, se empeñaba en denunciar cómo la iglesia se entrometía en la escuela, a pesar de que la escuela pública debía garantizar laicidad.
La Escuela Popular Laica daba especial importancia a la enseñanza práctica. Se organizaron numerosas excursiones a la capital, por ejemplo al zoológico, pero también a los hornos de ladrillos y a las curtiembres. También se realizaban distintos talleres, con gran participación de los alumnos.
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