A 10 AÑOS DE LA NEVADA DEL 9 DE JULIO
Todos nos sentimos un poco viejos cuando salen este tipo de noticias, así que prometemos no volver a mencionar que ya pasaron 10 años. Nos centraremos en la cronología y las condiciones meteorológicas de una de las jornadas más eufóricas de los habitantes del centro-este argentino.
¿Qué ocurrió para que nieve en la región?
Para entender qué fue lo que sucedió, hay que analizar la situación meteorologica que se estaba desarrollando.
Varios días antes, específicamente el 6 de julio, un frente frío seguido de aire de origen polar avanzó por la Patagonia y se extendió hasta el centro del país, causando temperaturas mínimas de hasta -8°C en el sudoeste de Santa Cruz y nevadas en varias regiones de la Patagonia.
Varios días antes, específicamente el 6 de julio, un frente frío seguido de aire de origen polar avanzó por la Patagonia y se extendió hasta el centro del país, causando temperaturas mínimas de hasta -8°C en el sudoeste de Santa Cruz y nevadas en varias regiones de la Patagonia.
Aquel sábado 7, el ingreso de aire frío se reforzó por la intensificación del viento causado por un anticiclón en el Pacífico. Las temperaturas siguieron bajando en todo el centro y sur argentino, con más nevadas en la Patagonia y también en el sur de Mendoza.
El domingo 8 de julio, el sistema anticiclónico ingresó completamente en el territorio nacional, provocando vientos del este en el centro del país, y acarreando gran cantidad de humedad desde el océano. Estas condiciones fueron propicias para la formación de nubosidad y precipitaciones en forma de nieve sobre todo Cuyo (Mendoza, San Luis, San Juan) y la provincia de Córdoba.
Pero el 9 de julio, desde la cordillera ingresó aire muy frío en altura (había -30°C a 5000 m) que se fue desplazando hacia el centro y el este del territorio durante ese día.
Mientras tanto, cerca de superficie, el anticiclón seguía reforzando el ingreso de aire muy frío y húmedo desde el este, por lo que dominaba todos los estratos de la atmósfera media y baja.
Mientras tanto, cerca de superficie, el anticiclón seguía reforzando el ingreso de aire muy frío y húmedo desde el este, por lo que dominaba todos los estratos de la atmósfera media y baja.
La combinación de estos factores favoreció la formación de un manto nuboso con su base a poca altura del suelo, pero con el desarrollo vertical suficiente para formar nieve en su interior y precipitar los copos. El intenso frío en toda la atmósfera y el viento débil permitieron que los copos de nieve no se fundieran y puedan ser vistos en la superficie.
Así fue que, durante aquel 9 de julio y la madrugada del 10, la nieve no solo cayó en Capital Federal; también hubo registros de nevadas en varias localidades del norte de la provincia de Buenos Aires, en el sur de Santa Fe, Córdoba, San Luis, norte de Mendoza, San Juan, La Rioja y hasta en Catamarca.
Aunque a muchos de nosotros este evento atípico nos impactó, los registros históricos revelan que hubo otras nevadas y que solamente Chamical (La Rioja), Pergamino, La Plata, Punta Indio, El Palomar y Aeroparque fueron testigos de la primera nevada en su historia, aquel 9 de julio de 2007.
¿Qué pasó en la ciudad de Buenos Aires?
La madrugada del feriado comenzó como tantas otras mañanas de invierno, pero los meteorólogos estábamos expectantes frente al desarrollo de las condiciones atmosféricas. Mientras que nos llegaba la información de que se estaban registrando los primeros copos sobre Venado Tuerto, Pergamino y Junín, manteníamos la ilusión.
Cerca de las 10 de la mañana, Morón fue la primera localidad del conurbano en reportar cielo cubierto con nevadas, pero en CABA las temperaturas alcanzaban los 4°C, es decir, es decir no eran lo suficientemente bajas como para permitir que el copo de nieve llegue sólido a la superficie.
Con el correr de las horas, otras localidades como Ezeiza, también se empezaron a pintar de blanco y la lluvia que caía en el centro de la ciudad de Buenos Aires de a poco estaba enfriando el aire cercano al suelo. Alrededor de las 15 horas, la temperatura había descendido hasta los 2.6°C con una sensación térmica de -1.2°C, suficiente para que los copos se depositen en el suelo en forma sólida.
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