Lo investigaban desde hace tres años, por al menos 22 estafas con autos robados, cometidas desde hace una década. Si desde febrero de este año hasta que lo detuvieron, el jueves, cambió cuatro veces de domicilio para evitar que lo ubicaran la Policía y los clientes burlados, habrá que ver cuántas veces lo hizo en diez años.


Gaggero tenía tantas familias como nombres. Tiene mujeres e hijos en Villa Mercedes, Pergamino, Mar del Plata y el conurbano.

El lugar de residencia no es lo único que mutó en forma esporádica Ricardo Bartolomé Gaggero, un hombre de 44 años que nació en Villa Mercedes, pero tuvo sus últimos domicilios en el conurbano bonaerense. Para asegurarse la impunidad, muchas veces no usaba su verdadero nombre, sino los falsos Héctor Oscar Flores o Ricardo Casarego. Por las dudas, también tenía un alias: “el Pollo”.

La brigada de la delegación San Luis de la Policía Federal lo apresó el jueves en la localidad de Bella Vista, en el partido bonaerense de San Miguel. “El último domicilio que tenía era en un barrio marginal, así que tuvieron que vigilarlo y esperar que saliera de la casa y del barrio, para asegurar la detención y para evitar la reacción hostil del vecindario”, explicó el delegado de la fuerza nacional en San Luis, comisario Raúl Magnoni.

El policía federal y el fiscal federal de instrucción de San Luis, Cristian Rachid, coincidieron en que ubicar al acusado de estafas fue una tarea ardua. “Ha costado mucho dar con esta persona, fueron largos años de búsqueda, de procedimientos para dar con él, porque las maniobras incluían hasta el uso de identidades falsas, de las que falta determinar cuántas y cuáles son”, dijo Rachid ayer.

“Se iba mudando. Me encomendaron la investigación en febrero, cuando me hice cargo de la delegación San Luis. Desde entonces cambió cuatro veces de domicilio, siempre en el Gran Buenos Aires”, señaló Magnoni.

Su estadía allá no le impedía a Gaggero, al parecer, cometer estafas en San Luis. Regresaba a la provincia para hacer sus negocios y para ver a su madre, en Villa Mercedes. “Venía, engañaba a alguien acá y se volvía”, dijo el comisario, que da por sentado que el imputado cometió defraudaciones en otras provincias.

Si para hacer las transacciones Gaggero hubiera tenido alguna oficina “hubiera sido más fácil dar con él o detenerlo –comentó el fiscal–, pero usó identidades falsas, y hacía las reuniones en lugares públicos, estaciones de servicio, bares, nunca en el mismo lugar”.

El embaucador publicaba sus ofertas en avisos clasificados o por internet. “Muchos clientes no son de la provincia, son personas de otros lugares que fueron atraídas por un precio y condiciones de venta atrayentes”, agregó.

Magnoni señaló que la causa iniciada en la fiscalía federal puntana incluye dieciocho casos de estafa, pero el fiscal Rachid aclaró que en realidad son veintidós, porque han acumulado otras cuatro denuncias. Y eso que no han sumado una causa anterior de 2004 contra Gaggero, que probablemente esté cerca de prescribir.

“La mayoría de los hechos es de entre 2009 y 2012, hay algunos de 2013”, precisó el fiscal.

Rastreo telefónico

Las escuchas telefónicas a los familiares de Gaggero les dieron a los federales todas las pistas para llegar a él, ya que no contaban siquiera con una foto suya y además él “iba cambiando de mujer, de teléfono, de localidad, de casa”, dijo Magnoni.

Rastreando las llamadas de los allegados y las antenas de telefonía celular en las que rebotaba la señal del destinatario fueron acercándose a él, a pesar de que era muy escurridizo.

Al final, autorizados por el juzgado federal Nº 1 de San Martín, a través de escuchas telefónicas directas a la actual pareja de Gaggero y su familia, lo ubicaron en Bella Vista, después de tres años de búsqueda. Ayer al mediodía llegó a la Penitenciaría de San Luis.

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