La veintena de remises aguarda sobre la calle Senador Morón, al 1400, en Bella Vista. Poco después de las 17, los pasajeros que dejan la estación Bella Vista del ferrocarril General San Martín llegan presurosos a la parada y abordan los vehículos.
"¡Vamos que sale el primero!", grita uno de los conductores cuando se completa el pasaje. Entre cuatro y cinco personas, que se acomodan como pueden y que pagan un peso (sólo 0,20 centavos más que el colectivo de línea) para llegar a destino, completan el cuadro de situación.
Esta imagen cotidiana, que desde hace años se observa en el lugar, fue denunciada por el concejal del municipio de San Miguel, Enrique Andrés Emiliani, del Partido Justicialista, porque, según dice, esos remises no tienen la habilitación correspondiente y son la causa de numerosos accidentes.
El funcionario presentó el reclamo ante el municipio (expediente 600.125/04) pero, ante la falta de respuestas, realizó una denuncia penal por presunta comisión de delito de acción pública, tanto por parte del Concejo Deliberante, como de los demás involucrados en esta cuestión.
"Estas agencias de remises habrían comenzado su operatoria violando la ordenanza municipal vigente, pues se instalaron sobre la calle Senador Morón, en su intersección con la calle 20 de Junio, a metros de la estación de trenes de Bella Vista, donde existe una parada de taxis habilitada por la ordenanza municipal 73/96. Además, les roban pasajeros a los colectivos", dijo Emiliani.

El sistema habilitado

Lo cierto es que en San Miguel funciona un sistema de autotransporte de pasajeros conformado por colectivos, remises y taxis, que son regulados por una ordenanza municipal (74/96 y modificatorias).
"En el caso de los remises, esta normativa establece que el transporte de pasajeros debe ser a través de agencias locales y vehículos habilitados; esas agencias -agrega- no podrán estar a menos de 500 metros de las paradas de taxis, y la contratación del servicio debe ser de manera telefónica a la agencia, además de prohibirse la instalación de puestos móviles en cualquier sector de la ciudad.
"Acá se violan muchos de esos aspectos", comentó Emiliani, que también denunció, el 20 del mes último, en la seccional 2a. de San Miguel, que recibió amenazas de muerte desde que investiga este tema.

"Prohibido"

"Los remiseros tienen una base móvil, contratan viajes con las personas que descienden de los trenes y eso está prohibido. Nosotros tenemos la habilitación correspondiente y ellos nos sacan entre 100 y 130 viajes por día", cuenta Angel Miqueles, de 61 años, un taxista que desde hace más de dos décadas trabaja en la parada de la mencionada estación.
A menos de 200 metros de allí, está la de los remises. LA NACION dialogó con el encargado de despachar los vehículos, Hugo Chemtob, de 27 años, que rápidamente mostró distintas documentaciones para acreditar que los autos están habilitados para trabajar como remises.
"Hace 12 años que estamos acá y la gente nos elige porque el servicio que brindamos es barato y bueno. Tenemos 36 coches en la calle y, como verás, las personas vienen solas a buscarnos", dice Chemtob, mientras señala a los pasajeros que se suben a los vehículos con la dinámica de quien lo hace habitualmente. "Nosotros tenemos todas las habilitaciones correspondientes y, si hay denuncias, es porque hay una cuestión política detrás", asegura el hombre.
LA NACION intentó dialogar con el intendente de San Miguel, pero, según respondieron en el municipio, Oscar Zolocchi se encontraba fuera de la ciudad.
"Mientras, los remises, bajo el evidente amparo del Poder Ejecutivo municipal, que infringen la ordenanza, provocan accidentes de tránsito y ponen en riesgo la vida de los vecinos del lugar. Hay una complicidad entre el Poder Ejecutivo y estos remiseros, que es lo que hay que investigar. Es llamativo que los mismos vehículos de la patrulla municipal se detengan a la par de estos vehículos cuestionados y nada suceda", aseguró Emiliani.

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