En 1901, la Cámara de Diputados recibió un mensaje firmado por el presidente de la Nación, Julio A. Roca, y su ministro de Guerra, general Pablo Riccheri. En la misiva se manifestaba que era imprescindible la adquisición de un campo para que ofreciera a las tropas “el medio de desarrollar con la amplitud necesaria la instrucción práctica de las mismas, familiarizándolos con la aplicación sobre el terreno de los reglamentos y la implantación de la enseñanza táctica en operaciones de las armas combinadas, así como para el ejercicio y desarrollo de aptitudes de Jefes y Oficiales”. En la misma carta ambos anticipan que ya habían dialogado con propietarios de General Sarmiento adquiriendo algunas tierras con dineros reservados y ahorrados del presupuesto aprobado para el ministerio de Guerra. También se elevó un proyecto de ley para la creación de un campo de maniobras militares.

El 24 de julio del mismo año los diputados trataron y aprobaron el proyecto, y tres días más tarde lo recibió la Cámara de Senadores. El 1º de agosto se trató el proyecto con media sanción, siendo los oradores el ministro de Guerra, Pablo Riccheri, y los senadores Domingo Morón, Miguel Cané, Cátulo Aparicio y Carlos Pellegrini. La aprobación final se votó el 6 de agosto, y el 8 de agosto el presidente Roca y el ministro Riccheri suscribieron la ley 4.005, que en el artículo 1º dice: “Apruébase las negociaciones hechas por el P.E. para la adquisición de terrenos destinados al establecimiento de un campo de maniobras del Ejército, sobre el río de las Conchas, a inmediaciones de la Capital Federal el cual queda designado con el nombre de ‘Campo de Mayo’”.

La ley mencionaba una superficie aproximada de cien hectáreas, pero leyes posteriores ampliaron el área del campo. En 1910 se permitió la expropiación de 60.000 m2 a Eugenio Mattaldi, en las inmediaciones de la estación Bella Vista, “a fin de construir un ramal que una esta estación con el polígono del batallón de Ferrocarrileros acantonado en el Campo de Mayo

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