El ex mayor mĆ©dico abandono a su segunda esposa y a su hijo biolĆ³gico para huir al Paraguay
El ex militar mĆ©dico Norberto Bianco habĆ­a formado una nueva familia a partir del ‘82. Cuando se enterĆ³ que la justicia lo buscaba a Ć©l, a su primera esposa, Susana Wherli, y a los dos chicos que tuvo en su poder desde fines de los ‘70, decidiĆ³ abandonar a su segunda mujer y huir al Paraguay con su primera familia.


El capitƔn
Bianco, luego de estar en el Colegio Militar, en Palomar, fue destinado con el grado de capitĆ”n al Hospital Militar de Campo de Mayo, en 1976. AllĆ­ todos conocĆ­an a su esposa Susana, y sabĆ­an que no podĆ­an tener hijos. “Para todos fue una gran alegrĆ­a verlos con su primer hija (Carolina), que segĆŗn nos contĆ³ la adoptĆ³ de una mucama de un mĆ©dico amigo. Al parecer la chica habĆ­a quedado embarazada soltera y no podĆ­a hacerse cargo de la criatura”, relatĆ³ una fuente ligada al hospital por aquella Ć©poca.

Al aƱo siguiente Bianco apareciĆ³ con su segundo hijo (Pablo), sin que nadie sospechara el verdadero origen de los pequeƱos en el Ć”mbito del hospital Militar. Lo que sĆ­ sabĆ­an muchos era la simpatĆ­a que habĆ­a entre Bianco y una mucama del lugar, que habĆ­a iniciado estudios de enfermerĆ­a. “Al poco tiempo, a fines de los ‘70, Bianco se fue a vivir con Zulma, formaron una nueva familia, y llegaron a tener un hijo propio que lleva el mismo nombre y apellido que su padre”, revelĆ³ la fuente.

En el ‘83 el mĆ©dico fue destinado a Corrientes, volviendo en el aƱo ‘84, instalĆ”ndose con su nueva familia en la localidad de Bella Vista, a pocas cuadras de donde vivĆ­a su primera mujer y los chicos que serĆ­an hijos de desaparecidos.


El mayor
“Lo que mĆ”s nos sorprendiĆ³ a todos fue cuando huyĆ³ a Paraguay. PidiĆ³ plata a todo el mundo, y se escapĆ³ junto con Susana, Carolina y Pablo. Zulma y su hijo quedaron de la noche a la maƱana en la calle, sin sustento y sin marido”, recuerda la persona que tuvo vinculaciĆ³n con Bianco a fines de los ‘70 y, por razones de seguridad, prefiere no dar a conocer su identidad.

La huida fue en el ‘86. Las abuelas de Plaza de Mayo se habrĆ­an presentado en la escuela donde se encontraban los dos menores. Las autoridades de inmediato avisaron a Susana Wherli, quien tambiĆ©n es docente, y esta se lo comunicĆ³ a su esposo. Los chicos no pudieron ser retirados, pero se suponĆ­a que al dĆ­a siguiente una orden judicial permitirĆ­a retirarlos para poder hacer el estudio genĆ©tico. Fue imposible, Bianco habĆ­a decidido fugarse con su esposa y los chicos robados.

El aƱo pasado la justicia logrĆ³ la extradiciĆ³n del matrimonio y los condenĆ³ a prisiĆ³n. Los chicos siguen viviendo en Paraguay, reconociendo como Ćŗnicos padres a los detenidos y resistiĆ©ndose a cualquier tipo de anĆ”lisis genĆ©tico.

Caso Bianco
La rebeliĆ³n de los chicos
Los hijos del matrimonio Bianco se resisten a realizarse el anƔlisis genƩtico.
"Creo que es mi derecho negarme", dijo Carolina Bianco desde Paraguay, cuando se le preguntaron los motivos por los que se resistĆ­a a realizarse el anĆ”lisis genĆ©tico. Por su parte el juez Marquevich seƱalĆ³ que se intentarĆ­a traer a los chicos, Carolina y Pablo, para realizarle los estudios. "No siempre se pueden negar, no siempre son voluntarios esos anĆ”lisis", afirmĆ³ el juez que ordenĆ³ la detenciĆ³n de Videla como autor mediato de la sustracciĆ³n de chicos, entre quienes se encuentran los jĆ³venes Bianco.

En la causa que tiene el juez federal de San Isidro sobre el caso Bianco, hay varias familias de desaparecidos que quieren saber si Carolina (22) forma parte de su familia biolĆ³gica. Las mujeres que estaban embarazadas en el momento de haber desaparecido son Casariego, Recchia de GarcĆ­a, Quintela, BelĆ”ustegui y Lanzilotto.

Por su parte Abel Madariaga, esposo de Silvia Quintela que desapareciĆ³ el 17 de enero del '77, sospecha que Pablo (20) es su hijo biolĆ³gico.


Robos planificados
AdemĆ”s del juez Marquevich, el juez Adolfo Bagnasco tambiĆ©n estĆ” investigando la desapariciĆ³n de bebĆ©s durante el Proceso. HabrĆ­a documentaciĆ³n donde se demostrarĆ­a que todo formĆ³ parte de un plan orquestado y avalado por la cĆŗpula militar, lo que implicarĆ­a seriamente a los jerarcas del rĆ©gimen golpista.

La declaraciĆ³n del doctor Carlos Raffinetti, mĆ©dico del distrito de San Miguel, reconociendo que en el hospital de Campo de Mayo habĆ­a un Ć”rea vedada donde se alojaban a las mujeres parturientas, comprometerĆ­a a las autoridades militares del hospital. Raffinetti habrĆ­a firmado el certificado de nacimiento de los chicos Bianco, y se lo seƱala como amigo del traumatĆ³logo detenido, con quien estaban planificando la creaciĆ³n de la clĆ­nica del Buen Ayre, donde ambos eran socios activos.


Videla a Caseros
Bianco alabo al dictador
Otros mƩdicos confirmaron los partos clandestinos en Campo de Mayo.

Anoche el Juez Marquevich determinĆ³ el traslado del ex general Jorge Videla al penal de Caseros, donde se encuentra detenido el mayor mĆ©dico Norberto Bianco, acusado de la sustracciĆ³n de dos menores durante la dictadura militar.

En relaciĆ³n a Videla, Bianco declarĆ³ a Radio Mitre que “... el tiempo que yo lo tuve como jefe en el Colegio Militar ha demostrado ser un hombre Ć­ntegro, un hombre que todo el mundo quisiera tener como jefe”.

Luego agregĆ³: “es una excelente persona que merece todo mi respeto, y a partir de ahĆ­, lo que Ć©l ha hecho o a dejado de hacer, por lo menos en el Ć”rea de mi competencia, a mĆ­ no me consta que se haya transgredido nada”.


Solicitud
Sobre su situaciĆ³n procesal, Bianco apuntĆ³: “estamos esperando que se resuelva esto. Le he pedido al doctor Marquevich que cierre la causa y que actĆŗe en consecuencia. En el momento que yo salga vamos a ir a algĆŗn medio con toda la familia, a aclarar todas las dudas y yo personalmente voy a encargarme de buscar a los padres”.

En tal sentido, la esposa de Bianco, Nilda Wherli, recluida en la cĆ”rcel de Ezeiza, negĆ³ que Pablo y Carolina -los chicos que tienen como propios- sean hijos de desaparecidas, afirmando que Carolina naciĆ³ en una clĆ­nica de San Miguel y que su madre era una chica muy joven que querĆ­a darla en adopciĆ³n. DestacĆ³ que cuando ambos jĆ³venes quieran conocer sus orĆ­genes biolĆ³gicos, ella misma los acompaƱarĆ”.


MƔs mƩdicos
Dos mƩdicos que se desempeƱaron en el Hospital Militar de Campo de Mayo, informaron al juez Bagnasco acerca de los secuestros de bebƩs de mujeres detenidas.

Por su parte, el mĆ©dico civil Roberto Schinocca -que aun trabaja en el Hospital Militar y en otras clĆ­nicas de la zona-, denunciĆ³ la existencia de nacimientos clandestinos en Campo de Mayo durante la dictadura militar.

Esto motivĆ³ que Marquevich solicitara a su par Bagnasco, las copias de las denuncias sobre esos hechos.
(Publicado en la ediciĆ³n NĀŗ 463 del viernes 12 de junio del ´98)


Caso Bianco
“Andaba por Bella Vista repartiendo niƱos”
Durante la dictadura militar Alba Lanzillotto y su familia fueron perseguidos en La Rioja. Tras ocho aƱos de exilio se instalĆ³ en Buenos Aires y junto con Abuelas de Plaza de Mayo comenzĆ³ a buscar a su sobrina, que podrĆ­a ser Carolina Bianco.

- ¿CĆ³mo orientĆ³ su bĆŗsqueda a Campo de Mayo?
- Tengo dos hermanas desaparecidas, MarĆ­a Cristina y Ana MarĆ­a, mellizas y 19 aƱos menores que yo. Las dos desaparecieron con sus maridos. Anita estaba embarazada de siete meses y medio y la Ćŗnica que la vio en Campo de Mayo fue una norteamericana que seque la sacaron de allĆ­ los mismos norteamericanos, porque del ‘76 no quedĆ³ casi nadie vivo. Siempre hablamos de la crueldad de la ESMA, pero el primer aƱo del golpe, en Campo de Mayo los mataron a casi todos. Del ‘77 sobrevivieron dos o tres.

- ¿Su sobrina puede ser Carolina Bianco?
- SĆ­. La posibilidad nace de que ella no es hija del mayo Bianco. AdemĆ”s de cinco denuncias, hay una seƱora que dice quĆ© Ć©l andaba por Bella Vista repartiendo niƱos. La fecha de nacimiento aproximada de mi sobrina es cercana al 1Āŗ de octubre de 1976, la fecha en que tienen anotada a Carolina. De todos modos, hasta que no se haga los anĆ”lisis que nosotras pedimos no sabremos si es o no. Por ahora ella no quiere hacĆ©rselos. Esperemos que se le pase.

- ¿Por quĆ© cree que se niega a hacerse los anĆ”lisis?
- EstƔn muy envueltos en las mentiras de sus falsos padres y tienen que tener miedo de saber la verdad. Hay que tener mucho coraje y estos pobres niƱos no pueden tenerlo porque no les transmitieron nada de eso. Nosotras tenemos paciencia para esperarlos, aunque sabemos que no es tanto el tiempo que nos queda. Pero siempre va a haber una familia esperƔndolos.

- ¿QuĆ© aval tienen de la justicia en este sentido?
- AcĆ” la justicia es una de cal y una de arena. En algunos juicios actĆŗa bien, en otros no, dejan dormir la causa y los chicos crecen dentro de un cajĆ³n. Eso es terrible.

- ¿CĆ³mo incide en la bĆŗsqueda de ustedes que Videla estĆ© preso?
- Nosotras seguimos igual, pero incide en el sentido de que nos da una esperanza de justicia, por un lado, y por el otro ha hecho que mucha gente pierda el miedo y proporcione denuncias y datos nuevos. Pensar que Videla no es tan intocable como Ć©l mismo se creĆ­a, hace perder el miedo.
(Publicado en la ediciĆ³n NĀŗ 480 del miĆ©rcoles 22 de julio del ´98)



Maternidad clandestina
El regreso del doctor Bianco
El mƩdico militar que estuvo detenido y fue acusado de haberse apropiado de bebƩs de desaparecidas, vuelve a la actividad.

El mĆ©dico traumatĆ³logo y mayor del ejĆ©rcito Norberto Atilio Blanco, que se desempeĆ±Ć³ durante el Proceso en el hospital de Campo de Mayo, y acusado de ser apropiador de hijos de desaparecidos, fue dejado en libertad a fines del aƱo pasado. Al poco tiempo se presentĆ³ al Colegio de MĆ©dicos de LujĆ”n para que habilitaran la matrĆ­cula para seguir ejerciendo la profesiĆ³n. A pesar de los antecedentes penales, que tambiĆ©n estĆ”n reƱidos con la Ć©tica, desde LujĆ”n le habrĆ­an habilitado usar su matrĆ­cula. En diciembre el traumatĆ³logo estuvo en la AsociaciĆ³n MĆ©dica de General Sarmiento para recuperar su condiciĆ³n de socio de la misma. La plani-lla de reincorporaciĆ³n la presentĆ³ en el mes de febrero.


Caso paradigmƔtico
Hay testigos que en diversas causas admiten que Bianco, durante el Proceso, participĆ³ activamente del transporte, curaciĆ³n y atenciĆ³n de partos de detenidas desaparecidas en el hospital militar de Campo de Mayo. Hay profesionales que recuerdan al mĆ©dico como un hombre mujeriego, y que se enganchĆ³ en el EjĆ©rcito para poder ir a la AntĆ”rtida y obtener algunos pesitos. Su esposa legal, en aquella Ć©poca, fue la docente Nilda Susana Wehrli y, aunque nadie vio a la mujer embarazada, los Bianco tenĆ­an dos hijos.

A mediados de los '80 se denunciĆ³ que ambos chicos, Carolina y Pablo, serĆ­an hijos de desaparecidos. Cuando se iniciĆ³ el proceso en la justicia, en el '86, Bianco se habĆ­a ido a vivir con una de sus alumnas de la escuela de enfermerĆ­a, con quien habĆ­a tenido un hijo varĆ³n. Apenas enterado que la justicia iba a ordenar allanamientos y peritajes abandonĆ³ a su segunda pareja, fue a su casa de Bella Vista, sobre la avenida Ricchieri, y de allĆ­ se llevĆ³ a su primer mujer y a los chicos rumbo al Paraguay, donde encontrĆ³ refugio. El matrimonio fue extraditado diez aƱos despuĆ©s, siendo detenidos en Caseros y Ezeiza. Los chicos no regresaron pues se casaron siendo menores, lo que les permite resistirse a hacerse el estudio de ADN.

El caso Bianco fue uno de los detonantes que motivĆ³ al juez fede-ral de San Isidro, Roberto Marquevich, detener al ex presidente Jorge Videla. Bianco fue libe-rado a fines del aƱo pasado.


Los chicos
Carolina es la mayor de los chicos que tenĆ­a en su poder el ma-trimonio. Aunque el doctor Alvarez, de la clĆ­nica Sarmiento, le firmĆ³ el nacimiento en su casa, la nena habrĆ­a nacido en la mencionada clĆ­nica. La sospecha que es hija de desaparecidos aĆŗn permanece, aunque hay testimonios que era la hija de una mujer joven del barrio Mitre que la entregĆ³ apenas naciĆ³. Dicen que Bianco se quejaba porque el mĆ©dico que le hizo el favor, le cobrĆ³ el bebĆ©.

Pablo es el segundo de los chicos y tambiƩn se sospecha que es hijo de desaparecidos. Hay dos personas que tienen la firme sospecha que es familiar directo. Por un lado Juliana Garcƭa, hija de Antonio Garcƭa (muerto en un operativo militar) y Beatriz Recchia (secuestrada estando embarazada de cuatro meses), guarda la esperanza de poder realizarse estudios del ADN y verificar si Ʃl es o no su hermano menor. Por otra parte, Abel Madariaga, esposo de la doctora Silvia Quintela, cree que puede ser su hijo que habrƭa nacido a fines de julio del '77. Ambas eran amigas, fueron secuestradas con dƭas de diferencias y fueron vistas en Campo de Mayo.

No serĆ­a extraƱo que ambas hayan pasado por las manos del entonces mayor Norberto Bianco, ya que era el que se encargaba, durante las noches, de movilizar a las embarazadas en la guarniciĆ³n militar y le daba destino a los bebĆ©s que nacĆ­an en la maternidad clandestina que funcionaba en el sector de InfectologĆ­a del centro de salud castrense.

Ese mismo doctor Bianco, tendrĆ­a una prĆ³xima entrevista con la AsociaciĆ³n MĆ©dica de General Sarmiento y, a partir de allĆ­, se decidirĆ­a si se lo reincorpora o no como asociado. Mientras tanto habrĆ­a recuperado su rol de socio activo en la ClĆ­nica del Buen Ayre, de la avenida Ricchieri y Santa Fe, a pocos metros de su antigua casa, en la localidad de Bella Vista.

Nacimientos ocultos
CesƔreas con capucha


Dos testigos, que conocieron a la doctora Silvia de Petrillo en la Ć©poca de la dictadura militar, recuerdan que ella revelĆ³ que fue obligada a atender una cesĆ”rea clandestina en el Hospital Militar de Campo de Mayo, donde trabajaba.

"Ella estaba aterrorizada y querĆ­a presentarse a declarar en la Conadep, para revelar los detalles que habĆ­a vivido. Finalmente dijo haberse acercado a la ComisiĆ³n y que dio detalles de la oportunidad en que fue obligada a atender una cesĆ”rea de una mujer que estaba encapuchada", dijo a La Hoja uno de los testigos.

"Junto con ella habĆ­a un mĆ©dico militar, vestido para participar de la cirugĆ­a, que le dijo que habĆ­a que hacerlo lo mejor posible. Cuenta que estaba muy nerviosa, sin comprender lo que estaba pasando, cuando vio entrar, de fajina militar, al doctor Bianco. 'Vamos Silvia, nos conocemos desde hace mucho tiempo, no hagas las cosas mĆ”s difĆ­cil y actuĆ” como una profesio-nal', contĆ³ que le dijo Bianco", explicĆ³ otra fuente, que pidiĆ³ reserva de identidad.

La mujer les contĆ³ que realizĆ³ la cesĆ”rea llorando todo el tiempo, y que una vez que naciĆ³ el bebĆ©, realizĆ³ las suturas de rigor y no supo del destino de la encapuchada.

Dos adopciones
Petrillo adoptĆ³ dos chicos en la Ć©poca del Proceso, Julieta y Santiago; en la partida de nacimiento de uno de ellos dice 'Hospital Militar de Campo de Mayo'. Ella afirmaba que sus hijos no eran hijos de desaparecidos, y en alguna oportunidad intentĆ³ ponerse en contacto con las Abuelas de Plaza de Mayo para que, de incĆ³gnito, les hicieran una prueba de ADN y corroborarlo con el banco de datos que ellas tienen. La propuesta habrĆ­a sido rechazada porque la intenciĆ³n es confirmar la filiaciĆ³n y no desestimar.Cuando La Hoja intentĆ³ hablar con Petrillo, a mediados del '98, se resistiĆ³ a brindar una entrevista.
(Publicado en la ediciĆ³n NĀŗ 578 del viernes 12 de marzo del ´99)



El regreso de Bianco
Los pasos legales
El militar traumatĆ³logo, acusado de disponer del destino de hijos de desaparecidas, debe presentarse esta semana en la AsociaciĆ³n MĆ©dica de General Sarmiento (AMGS).

Norberto Atilio Bianco, mĆ©dico traumatĆ³logo, militar, prĆ³fugo de la justicia durante diez aƱos, en libertad desde el aƱo pasado, volverĆ­a a la actividad mĆ©dica en los prĆ³ximos dĆ­as. Desde el Colegio MĆ©dico de la provincia, con sede en LujĆ”n, le habilitaron la matrĆ­cula para seguir ejerciendo su profesiĆ³n, a pesar de los graves antecedentes del mĆ©dico durante el Proceso de ReorganizaciĆ³n Nacional ('76-'83), cuando el profesional se desempeĆ±Ć³ en el hospital militar de Campo de Mayo. Hoy, vive en la zona, y se desempeƱa como socio activo en la ClĆ­nica del Buen Ayre, en Bella Vista, mientras espera dialogar con la AsociaciĆ³n MĆ©dica para ser aceptado nuevamente como socio.


Curriculum vitae
En la pĆ”gina 13 del boletĆ­n 190 de la AsociaciĆ³n MĆ©dica de General Sarmiento, correspon-diente al pasado mes de febrero, se publica el Reglamento de AceptaciĆ³n de Socios, segĆŗn el acta 704 aprobado el 21 de febrero del '97. Las solicitudes se presentan en marzo y septiembre, razĆ³n por la cual en diciembre Bianco no pudo realizar el trĆ”mite tal como Ć©l lo deseaba.

Como primer medida se establece que el solicitante deberĆ” ser mĆ©dico, con tĆ­tulo expedido o revalidado en el paĆ­s, certificado de matriculaciĆ³n o inscripciĆ³n en el Colegio MĆ©dico de la provincia de Buenos Aires, distrito V, con sede en la ciudad de LujĆ”n.

La solicitud del formulario de la AMGS tiene el carĆ”cter de declaraciĆ³n jurada, adjuntĆ”ndose el curriculum vitae, ademĆ”s de los elementos antes mencionados. Tres socios de la AMGS, de la misma especialidad del solicitante, acompaƱarĆ”n la firma de la solicitud de ingreso dando testimonio de la veracidad de los datos.

El tercer punto seƱala que el interesado deberĆ” demostrar que tiene residencia de carĆ”cter permanente en los municipios de San Miguel, Malvinas Argentinas o JosĆ© C. Paz, no inferior a los tres aƱos anteriores a la fecha de solicitud. Bianco no puede aprobar este punto porque en los Ćŗltimos tres aƱos estuvo prĆ³fugo en el Paraguay, y luego en una cĆ”rcel fuera de la zona.

AdemĆ”s de la matrĆ­cula del Colegio de MĆ©dicos de la provincia, la mencionada entidad deberĆ” otorgar una autorizaciĆ³n para el uso del tĆ­tulo de especialista.


Antecedentes
El punto 7 del reglamento puede ser perjudicial para quien fuera el hombre fuerte del hospital de Campo de Mayo durante la dictadura. "La aprobaciĆ³n de cada solicitud requerirĆ” del voto afirmativo de los dos tercios de los presentes de la ComisiĆ³n Directiva con derecho a voto, la cual deberĆ” tener en cuenta los antecedentes del postulante, como asĆ­ tambiĆ©n las necesidades prestacionales de esta jurisdicciĆ³n", dice el texto.

Los antecedentes del postulante no son los mejores en este caso, pues mĆ”s allĆ” que haya cumplido o no con el fallo de la justicia, la condena moral de la sociedad, y el cĆ³digo de Ć©tica que deben manejar los profesionales mĆ©dicos, sumado al juramento hipocrĆ”tico, podrĆ­a impedir que la entidad lo acepte como socio.

Maternidad clandestina
Los colaboradores
MĆ©dicos civiles y militares participaron de los partos clandestinos en el hospital de Campo de Mayo. Bianco tenĆ­a poder de decisiĆ³n.


"HabĆ­a dos tipos de colaboradores: los que eran obligados, y los que se sumaban con entusiasmo. El mayor Bianco no solo era un entusiasta, sino que tenĆ­a poder de decisiĆ³n", relata una persona que conoce de la actuaciĆ³n del mĆ©dico traumatĆ³logo. Bianco serĆ­a uno de los mĆ©dicos que se movĆ­a con entera libertad en la guarniciĆ³n militar, visitando el centro de detenciĆ³n clandestino, ubicada cerca del aeropuerto militar, y trasladando a los detenidos heridos al hospital de la guarniciĆ³n. "Se encargaba preferentemente de las mujeres, sin descartar a las embarazadas", revelĆ³ una fuente a La Hoja.


Otros
SegĆŗn los relatos, el peor turno era el de la noche, momento en que en el hospital ocurrĆ­an 'cosas raras'. Muchas de las enfermeras que trabajaban en el lugar debieron presenciar obligadamente partos clandestinos, participando de los mismos, o en el mejor de los casos cuidar a los hijos de las detenidas- desaparecidas.

Entre los mĆ©dicos que no eran entusiastas colaboradores se menciona a la obstetra Silvia Bonsignore de Petrillo, quien tiene dos chicos adoptados, uno de ellos habrĆ­a nacido en Campo de Mayo y, aunque existe la sospecha que podrĆ­a ser hija de desaparecidos, aĆŗn no se realizĆ³ el anĆ”lisis genĆ©tico. Actualmente la mĆ©dica se encuentra en pareja con otro militar mĆ©dico, el urĆ³logo Enrique 'Quique' Borst, quien se habrĆ­a desempeƱado profesionalmente en el hospital militar en tiempos del Proceso.

Otro de los mencionados como un colaborador no entusiasta es el doctor Eduardo Pellerano, de Grand Bourg, quien se desempeƱaba en el hospital y declarĆ³ ante la Conadep.

TambiƩn se menciona a un militar mƩdico anestesista, que vive en la calle San Lorenzo de San Miguel, quien habrƭa presenciado algunos partos clandestinos y que fue trasladado del lugar por el director del hospital.
(Publicado en la ediciĆ³n NĀŗ 579 del lunes 15 de marzo del ´99)


El regreso de Bianco
MatrĆ­cula 51.309
Se confirmĆ³ que el Colegio de MĆ©dicos de la provincia de Buenos Aires volviĆ³ a registrar a un mĆ©dico acusado de sustraer bebĆ©s durante el Proceso.

La delegaciĆ³n del distrito V del Colegio de MĆ©dicos de la provincia de Buenos Aires le otorgĆ³ el nĆŗmero de matrĆ­cula 51.309 al traumatĆ³logo y militar Norberto Atilio Bianco. La noticia la confirmaron desde la misma entidad, seƱalando ademĆ”s que el registro se produjo a fines de noviembre del '98.

Cuestionado
El mĆ©dico es duramente cuestionado por los organismos de derechos humanos, acusado de haber robado bebĆ©s de la maternidad clandestina que funcionaba en el hospital militar de Campo de Mayo durante la Ćŗltima dictadura. La justicia no pudo determinar si los hijos que Bianco supuestamente habĆ­a adoptado en realidad eran hijos de desaparecidos, ya que el mĆ©dico jamĆ”s permitiĆ³ que los chicos hicieran el anĆ”lisis de ADN. A pesar de ello Bianco, y tambiĆ©n su esposa Susana Wehrli, debieron pasar algunos meses en prisiĆ³n, luego de haberse fugado a Paraguay hace trece aƱos, llevĆ”ndose consigo a los pequeƱos Pablo y Carolina.

A fines del aƱo pasado el matrimonio fue liberado, y de inmediato el traumatĆ³logo decidiĆ³ reiniciar sus actividades en la zona, volviendo a la sociedad que integra en la clĆ­nica del Buen Ayre, en Bella Vista, y realizando los trĆ”mites de rigor para volver a ejercer legalmente la medicina.

En libertad
Durante el mes de noviembre se presentĆ³ en el edificio de la calle Alsina al 1200, de la ciudad de LujĆ”n, donde funciona el Colegio de MĆ©dicos de la provincia del distrito V, para lograr la matriculaciĆ³n. El 24 de noviembre del '98, a pocos dĆ­as de recuperar su libertad, el oficial del EjĆ©rcito concretĆ³ el paso legal para volver a los consultorios. "El Colegio no tenĆ­a elementos para negarle la matrĆ­cula", explicĆ³ una fuente vinculada con la entidad.

SegĆŗn las disposiciones vigentes, la documentaciĆ³n que se deberĆ­a presentar para el re-gistro en el distrito, si nunca estuvo matriculado en la provincia, es el tĆ­tulo original (legalizado por los ministerios de EducaciĆ³n e Interior), una fotocopia del tĆ­tulo, 4 fotos carnet, documento de identidad.

Es de suponer que, luego de su dilatada actuaciĆ³n en la dĆ©cada del '70 y mitad de los '80, Bianco estaba matriculado, por lo tanto el trĆ”mite fue distinto. DebiĆ³ haber presentado fotocopia del tĆ­tulo de mĆ©dico en la cual se lea la matrĆ­cula provincial, legalizado ante escribano pĆŗblico o juez de paz, junto con el original; 1 foto 4x4; el documento; y el certificado de informe para inscripciĆ³n del distrito o los distritos donde ejerce o ha ejercido.

A los pocos dĆ­as de obtener la matrĆ­cula el mĆ©dico, que se hizo conocido en la zona de Campo de Mayo durante el Proceso con el grado de mayor, intentĆ³ volver a integrar la AsociaciĆ³n MĆ©dica de General Sarmiento (AMGS). Pero la solicitud reciĆ©n la pudo entregar el mes pasado, ya que marzo y septiembre son los meses de admisiĆ³n. Ahora solo falta entrevistarse con la ComisiĆ³n Directiva, presentar su documentaciĆ³n y esperar la resoluciĆ³n de sus miembros. Uno de los Ć­tems de admisiĆ³n seƱala que la entidad debe tener en cuenta los "antecedentes" del aspirante, hecho que podrĆ­a perjudicar al traumatĆ³logo.

SustracciĆ³n de menores
AdmiraciĆ³n por Videla
Una de las causas por las que estĆ” preso en su domicilio el general golpista es por el caso Bianco.

"El tiempo que yo lo tuve como jefe en el Colegio Militar, ha demostrado ser un hombre Ć­ntegro, un hombre que todo el mundo quisiera tener como jefe", dijo a mediados del aƱo pasado el traumatĆ³logo Norberto Bianco refiriĆ©ndose a Jorge Rafael Videla. En esos momentos ambos compartĆ­an el mismo techo: la cĆ”rcel de Caseros. Bianco estaba detenido porque no podĆ­a explicar a la justicia el modo en que obtuvo a los chicos que tenĆ­a en su poder; a su vez Videla estĆ” preso porque un juez investiga si fue el jefe de un plan sistemĆ”tico de sustracciĆ³n de bebĆ©s de desaparecidas durante el Proceso.


Ɓrea de competencia
Las declaraciones de Bianco acerca de su jefe se realizaron en distintas radios capitalinas y siempre hubo coherencia entre ellas. "Es una excelente persona, que merece todo mi respeto y, a partir de ahĆ­, lo que Ć©l ha hecho o ha dejado de hacer, por lo menos en el Ć”rea de mi competencia, a mĆ­ no me consta que se haya transgredido nada", manifestĆ³. Pero en realidad Videla estĆ” detenido por varias causas judiciales, entre ellas las que habĆ­an llevado a prisiĆ³n al mismo Bianco.

Durante las declaraciones mediĆ”ticas, el mĆ©dico prometiĆ³ que apenas saliera irĆ­a a buscar a los verdaderos padres de sus hijos, desmintiendo que fueran desaparecidos. "No voy a revelar sus nombres porque no quiero mezclar las cosas, pero puedo decir que uno de ellos me fue entregado en un establecimiento asistencial y el otro en forma particular", explicĆ³. A la vez prometiĆ³ ir a los medios para aclarar los motivos por los que no permitiĆ³ que sus hijos realizaran el examen de ADN, huyendo al Paraguay.
(Publicado en la ediciĆ³n NĀŗ 580 del miĆ©rcoles 17 de marzo del ´99)



El regreso de Bianco
Permiso para la foto
LlegĆ³ con puntualidad a su cita en la AsociaciĆ³n MĆ©dica. Al salir no quiso hablar con La Hoja.

El mayor mĆ©dico Noberto Bianco ingresĆ³ a la AsociaciĆ³n MĆ©dica de General Sarmiento (Belgrano 1564, San Miguel) un minuto despuĆ©s de la hora prevista para su entrevista. La cita era el miĆ©rcoles pasado a las 15.

Unos minutos antes estacionĆ³ su automĆ³vil Ford Falcon gris, patente TUJ 582, a escasos metros de la entrada de la instituciĆ³n y descendiendo del vehĆ­culo vestido con camisa blanca, corbata azul y pantalĆ³n de color beige. Se colocĆ³ el saco, tambiĆ©n gris, con un movimiento elegante, como el de un militar que se estĆ” poniendo su ropa de gala.

Luego, con gesto marcial ingresĆ³ a la entidad, donde algunos miembros de la ComisiĆ³n Directiva lo esperaban para dialogar con Ć©l, de acuerdo a lo que establecen las pautas internas de la AsociaciĆ³n MĆ©dica, cada vez que un nuevo aspirante presenta su solicitud de socio.


Enojo
Casi una hora despuĆ©s, cerca de las 16, Bianco saliĆ³ solo, como habĆ­a entrado, de la oficina donde se realizĆ³ la entrevista. En un primer momento, al ver a los periodistas de La Hoja sonriĆ³ y hasta amagĆ³ extenderle la mano a uno de ellos.

De pronto se dio cuenta que, desde la vereda, lo estaban fotografiando e increpĆ³ al cronista con un: "me pidieron permiso para sacarme fotos", obteniendo como respuesta que se trataba de un lugar pĆŗblico.

Ofuscado amagĆ³ dirigirse a su coche pero ingresĆ³ nuevamente a la entidad, para salir inmediatamente despuĆ©s con sus lentes en la mano que, evidentemente, habĆ­a olvidado en su charla con los mĆ©dicos.


Silencio
En su segunda, y definitiva, salida se mantuvo inmutable ante la andanada de preguntas que le hicieron los dos periodistas de La Hoja y caminĆ³ los escasos metros que lo separaban de su vehĆ­culo sin alterarse.

AscendiĆ³ a Ć©l sin apuro y hasta se permitiĆ³ bajar el vidrio de su ventanilla antes de poner en marcha el rodado. Luego arrancĆ³ y uno de los periodistas le dijo que cuando estuviese dispuesto a hablar se comunicara con este medio. Pero la respuesta de Bianco fue "voy a hablar cuando ustedes cambien de actitud", esto motivĆ³ que el cronista le preguntara "¿CuĆ”l fue su actitud durante el Proceso?", pero aquel ya aceleraba su Falcon y partĆ­a por la calle Fraga con rumbo a la estaciĆ³n.

"DespuĆ©s de todo lo que hizo se quedĆ³ totalmente solo", llegĆ³ a comentar un testigo curioso, que se detuvo durante los escasos 5 minutos que durĆ³ el encuentro entre los periodistas y uno de los hombres sindicado como el mayor respon-sable de los partos clandestinos y de la sustracciĆ³n de bebĆ©s en el hospital militar de Campo de Mayo.

Reuniones
El relato de los mƩdicos
Con escaso margen de tiempo la AsociaciĆ³n MĆ©dica de General Sarmiento se reuniĆ³ con representantes de las Abuelas de Plaza de Mayo y con el mayor mĆ©dico Norberto Bianco.

Con una diferencia de dos horas, la AsociaciĆ³n MĆ©dica de General Sarmiento se reuniĆ³ el miĆ©rcoles desde el mediodĆ­a con Alcira RĆ­os, Abel Madariaga y Juliana GarcĆ­a, los dos primeros representantes de Abuelas de Plaza de Mayo, y la Ćŗltima de la agrupaciĆ³n HIJOS, y con el mayor mĆ©dico Norberto Bianco.

Los tres primeros hicieron una presentaciĆ³n ante la entidad que nuclea a los profesionales de la salud de la zona, relacionada con lo que fue la maternidad clandestina del hospital militar de Campo de Mayo y la participaciĆ³n de Bianco en ese lugar.

El mayor mƩdico, por su parte, fue por lo que Ʃl consideraba un mero trƔmite administrativo, que era la entrevista que todo aspirante a ser socio de la entidad tiene con los directivos de la misma.


Parentesco
Tanto Madariaga como GarcĆ­a buscan a su hijo y a su hermano, respectivamente, que habrĆ­a nacido en cautiverio en el hospital de Campo de Mayo por agosto del '77.

Tanto la esposa de Madariaga como la madre de Juliana GarcĆ­a estuvieron detenidas-desaparecidas en el centro clandestino de detenciĆ³n que habĆ­a en la guarniciĆ³n militar y ambas fueron secuestradas estando embarazadas.

Los dos presumen que ese hijo o ese hermano puede ser Pablo Bianco, el hijo adoptivo del traumatĆ³logo Norberto Bianco, del que hay muchas presunciones que pueda tratarse de un bebĆ© sustraĆ­do a una desaparecida durante los aƱos de plomo.


Emotiva
En la documentaciĆ³n entregada por los representantes de Abuelas a los mĆ©dicos, estĆ” vinculado Bianco con la sustracciĆ³n de Pablo y de otros chicos desaparecidos durante la dictadura.

"Fue interesante la conversaciĆ³n con ellos, fue emotiva y nos dimos cuenta de lo significativo que es para ellos hablar de estos temas", apuntĆ³ Eduardo Fuentes, presidente de la AsociaciĆ³n MĆ©dica. TambiĆ©n comentĆ³ que se comprometieron con ellos a estudiar esa documentaciĆ³n.

Dos horas despuĆ©s de finalizada esta reuniĆ³n, a las 15.01, ingresĆ³ a la entidad el mayor mĆ©dico Norberto Bianco, que se molestĆ³ cuando supo de la presentaciĆ³n de Abuelas.


Postura
La solicitud de incorporaciĆ³n de Bianco obedece a la posibilidad de poder trabajar con las obras sociales, dado que muchas de ellas facturan a travĆ©s de la AsociaciĆ³n MĆ©dica.

El mayor mĆ©dico puntualizĆ³ en la charla cuĆ”l era su situaciĆ³n judicial actual, sobre la que alegĆ³ que no tiene condena y agregĆ³ que tampoco hay pruebas como para condenarlo. TambiĆ©n afirmĆ³ que en el caso de que lo condenen, con los aƱos que pasĆ³ en prisiĆ³n, ya estarĆ­a cumplida la misma.

Sus colegas se comprometieron a tener en cuenta ese dato cuando evalĆŗen la posibilidad de su ingreso, que se lo informarĆ”n entre la primera y segunda semana de abril.
(Publicado en la ediciĆ³n NĀŗ 581 del viernes 19 de marzo del ´99)


Los antecedentes de Bianco
Las Abuelas de Plaza de Mayo le entregaron documentaciĆ³n a la AsociaciĆ³n MĆ©dica de General Sarmiento (AMGS) para que evalĆŗe antes de decidir la incorporaciĆ³n del mĆ©dico militar a la entidad.

Los fresnos de la vereda de la AMGS, sobre la calle Belgrano en San Miguel, fueron los mudos testigos del cruce de dos caras de la misma historia. Al mediodĆ­a ingresaron a la entidad dos personas que buscan a dos chicos nacidos en cautiverio, en el Hospital Militar de Campo de Mayo, en la Ć©poca del Proceso. Tres horas despuĆ©s ingresĆ³, a reunirse con la comisiĆ³n directiva, el militar mĆ©dico seƱalado como apropiador de los chicos buscados.

En ningĆŗn momento se cruzaron, no era esa la intenciĆ³n de los fami-liares de desaparecidos, solo se acercaron a la entidad mĆ©dica para brindar informaciĆ³n acerca del traumatĆ³logo que aspira pertenecer a la AsociaciĆ³n.


MƔs allƔ del reglamento
En la primer reuniĆ³n tambiĆ©n estuvieron Gustavo Godoy, quien gestionĆ³ el encuentro, y la asesora legal de Abuelas de Plaza de Mayo, Alcira RĆ­os, quien dialogĆ³ con La Hoja sobre los motivos de su presencia. "Estuvimos en la AsociaciĆ³n para tratar el tema Bianco, sabemos que pidiĆ³ ingresar a la entidad y nos parece que es una contradicciĆ³n total que hoy pueda ejercer la medicina, por toda la actividad que ejerciĆ³ durante el terrorismo de estado pues violĆ³ reiteradamente el juramento hipocrĆ”tico de los mĆ©dicos", explicĆ³ la abogada.

La reuniĆ³n de los integrantes de Abuelas con los mĆ©dicos se prolongĆ³ durante una hora. La recepciĆ³n fue cordial, aunque el clima fue formal, los mĆ©dicos escucharon atentamente, preguntaron poco y no quisieron alejarse del tema legal, en cuanto a la admisiĆ³n o no de Bianco. "AcĆ” estamos hablando de la gente que matĆ³ a mi mamĆ” y robĆ³ a mi hermanito", intervino Juliana GarcĆ­a con los ojos llorosos, intentando hacer comprender a los profesionales que la cuestiĆ³n va mĆ”s allĆ” de lo que dicen los frĆ­os reglamentos de la AsociaciĆ³n.

Para reforzar sus argumentos, los integrantes de la entidad de derechos humanos le dejaron a los miembros de la ComisiĆ³n Directiva documentaciĆ³n referida a Campo de Mayo, un informe de Abuelas sobre la maternidad clandestina de Campo de Mayo, de la cual Bianco formaba parte, el texto de la prisiĆ³n preventiva del militar mĆ©dico, las declaraciones judiciales de los mĆ©dicos Dibenedetto y Caserotto, quienes confirman la existencia de la mencionada maternidad.


Condena moral
Norberto Atilio Bianco estĆ” imputado y procesado en una causa por la apropiaciĆ³n, retenciĆ³n y ocultamiento de dos menores, Carolina y Pablo, a quienes siempre presentĆ³ como sus hijos adoptivos. Estuvo preso durante un aƱo en la cĆ”rcel de Caseros, y fue dejado en libertad por la CĆ”mara Federal de San MartĆ­n que considerĆ³ que sus once aƱos de prĆ³fugo en Paraguay los viviĆ³ en prisiĆ³n domiciliaria. "No sĆ© como hicieron los miembros de la cĆ”mara para llegar a esa resoluciĆ³n porque hay declaraciones y documentos presentados por el fiscal de estado del Paraguay que demuestran que esa detenciĆ³n domiciliaria nunca se cumpliĆ³. El iba y venĆ­a por el Paraguay sin problemas, se movĆ­a libremente e incluso trabajĆ³", explica RĆ­os.

La causa en estos momentos estĆ” en proceso de plenario a punto de dictar sentencia en primera instancia. "Lamentablemente en este paĆ­s la sustracciĆ³n de menores y la privaciĆ³n de la libertad tienen penas bajas, entonces cumplen los dos tercios y salen", se lamentĆ³ la letrada.

Pero el caso Bianco es mƔs amplio, pues los dos juzgados que investigan si hubo un plan sistemƔtico de robo de bebƩs durante el Proceso, podrƭan citar a declarar al militar en la causa por la cual estƔ detenido Videla, como ya lo hizo con otras autoridades mƩdicas del Hospital Militar de Campo de Mayo.

"AcĆ” hay muchos casos de mĆ©dicos que participaron en la represiĆ³n ilegal y siguen trabajando normalmente. Por eso nosotros apelamos a la condena social, como estĆ” pasando con Astiz y Massera, que no pueden entrar a un bar que la gente de inmediato se aleja del lugar. Que la gente sepa, se informe y que antes de ser atendido por esos profesionales sepan que ellos estĆ”n inhibidos moralmente por su accionar pasado", planteĆ³ Abel Madariaga, el hombre que desde la secretarĆ­a de las Abuelas busca a su hijo, nacido en la misma fecha que el chico que Bianco presenta como su hijo adoptivo.


Voces
A continuaciĆ³n se destacan son algunos comentarios de los tres mĆ©dicos que recibieron a La Hoja, despuĆ©s de su reuniĆ³n con Bianco. Doctores Eduardo Fuentes, Osvaldo Biondini y Marcelo Larcade.
  •  "Esta instituciĆ³n es como un club privado y tiene el derecho de admitir o no a socios, sin dar las razones de su admisiĆ³n o no, aunque se van a dar", doctor Osvaldo Biondini.
  •  "Nosotros no tenemos derecho de preguntarle nada a los juzgados donde estuvieren las causas. SĆ­ si tuviere inhabilitaciĆ³n profesional, cosa que no la tiene", doctor Marcelo Larcade.
  •  "No obstante los Colegios MĆ©dicos tienen un CĆ³digo de Etica que evalĆŗan mĆ”s allĆ” de lo estrictamente legal, que a veces no estĆ”n contemplados en la legislaciĆ³n. En eso sĆ­ nosotros podremos emitir opiniĆ³n, pero siempre en base a datos concretos, no porque salga una denuncia a nivel de un periĆ³dico por mĆ”s serio que pueda llegar a ser", doctor Biondini.
  •  "El que tiene la potestad del control del ejercicio de la profesiĆ³n es el Colegio de MĆ©dicos, y en este momento a ellos les alcanza con que Bianco estĆ© habilitado para ejercer su actividad profesional, es decir, que su tĆ­tulo de mĆ©dico estĆ© vigente, que no tenga causas judiciales que lo inhabiliten y que pague la matrĆ­cula", doctor Eduardo Fuentes.
  •  "Declara un domicilio en Bella Vista, pero el dato es informaciĆ³n confidencial de la instituciĆ³n", doctor Fuentes. 
(Publicado en la ediciĆ³n NĀŗ 581 del viernes 19 de marzo del ´99)



Los testimonios
El hospital de Campo de Mayo
INƉDITO: Los siguientes son los dichos que figuran en el acta de prisiĆ³n preventiva de Bianco.
MarĆ­a Estela Herrera (enfermera del HMCM, en fojas 467/468): afirmĆ³ que las mujeres embarazadas estaban custodiadas por personal militar, que esas mismas mujeres tenĆ­an vendas en los ojos, que se desconocĆ­a el nombre de ellas pues eran designadas como NN. A las habitaciones ingresaban los doctores Caserotto (jefe de maternidad), Raffinetti y Bianco. Culmina diciendo que a las embarazadas que daban a luz recibĆ­an una inyecciĆ³n para las mamas, para no tener leche, pues nunca traĆ­an a los recien nacidos con su madre.

NĆ©lida Elena Valaris (obstetra de guardia en el HMCM, en fojas 486/487): dijo que atendiĆ³ a embarazadas con los ojos vendados que estaban alojadas en EpidemiologĆ­a entre el '76 y el '78, que las mujeres estaban custodiadas por uniformados y civiles, y que ninguna estaba registrada sino que figuraban como NN o presas polĆ­ticas, y a veces como subversivas.

ConcepciĆ³n Piffaretti de Garzulo (mucama del HMCM, fojas 525/526): expresĆ³ que en el sector de EpidemiologĆ­a habĆ­a embarazadas con los ojos tapados y a veces encapuchadas, que el doctor Bianco se presentaba para saber si las pacientes necesitaban algo, que las pacientes no eran reguistradas y que nunca vio que les trajeran sus bebĆ©s.

Arnaldo Flavian (auxiliar de enfermerĆ­a en guardias del domingo, fojas 531/532): manifestĆ³ que los enfermeros asistĆ­an a las pacientes estaban con la cara descubierta, pero cuando venĆ­a el mĆ©dico les ordenaban que se cubrieran con vendas de algodĆ³n, y que el doctor Bianco le impartiĆ³ ordenes entrando a las habitaciones.

Elisa Ofelia MartĆ­nez (cumplĆ­a tareas en el servicio de Maternidad del HMCM, fojas 660/661): explicĆ³ que sus compaƱeras comentaban que el doctor Bianco dirigĆ­a los operativos y se encargaba de traer las mujeres de EpidemiologĆ­a, lo que ocurrirĆ­a de noche, que en algunas oportunidades veĆ­an al coche de Bianco con el cual se retiraban a algunas mujeres que habĆ­an sido dadas de alta, que los bebes, que nunca eran registrados, eran llevados con anterio-ridad que las madres, y que Bianco, el que generalmente los retiraba, le habrĆ­a dicho a la enfermera Larretape que se las llevaba a sus familias. RecordĆ³ que una vez se acercĆ³ un coche a Maternidad conducido por un suboficial, dentro del cual se encontraba Bianco y una seƱora, a quien la enfermera Larretape entregĆ³ un bebe.

Walter Patalossi (se desempeĆ±Ć³ en EpidemiologĆ­a del HMCM, fojas 663): confirmĆ³ que en las habitaciones se alojaban subversivos, sean embarazadas o heridos, existiendo un Ć”rea restringida al que tenĆ­an el ingreso prohibido.


¿Por quĆ© estuvo preso?
INEDITO: Los motivos que llevaron a la justicia federal a extraditar y poner en prisiĆ³n al ex mayor mĆ©dico.
El 14 de marzo del '97 el juez federal de San Isidro, Roberto Markevich, dictĆ³ la prisiĆ³n preventiva del ex militar mĆ©dico Norberto Atilio Bianco (LE 8.244.563) y la de su esposa la docente Nilda Susana Wehrli (DNI 6.496.678). SegĆŗn el juez, ambos son considerados responsables 'prima facie' del delito de retenciĆ³n y ocultamiento de dos menores del poder de sus padres, y ademĆ”s de falsificar documento pĆŗblico destinado a acreditar la identidad de las personas.


Los hechos
SegĆŗn el juez, tanto Bianco como Wehrli usaron formularios de constataciĆ³n de nacimiento "para consumar la falsedad ideolĆ³gica de las actas 414, folio 16 y 416, folio 10 del Registro Provincial de Estado Civil y Capacidad de las Personas - delegaciĆ³n Bella Vista-". La inscripciĆ³n como hijos legĆ­timos corresponde a los niƱos Carolina Susana (6 de octubre del '76) y Pablo HernĆ”n (27 de septiembre del '77), de quienes se proporcionaron datos falsos, pues el matrimonio jamĆ”s tuvo hijos. En igual sentido se falsificaron sus DNI con los nĆŗmeros 25.047.693 y 26.132.781. Hasta el momento se ignora la verdadera filiaciĆ³n de los chicos, que en las causas son las vĆ­ctimas del delito.

En el expediente tambiĆ©n estĆ” seƱalado el mĆ©dico Carlos Alberto Raffinetti, quien conocĆ­a a Bianco por trabajar ambos en el hospital militar de Campo de Mayo; el profesional figura como firmante del acta de nacimiento de Pablo, aunque peritajes posteriores determinaron la falsificaciĆ³n de la misma. El doctor Ovidio Alvarez tambiĆ©n es nombrado en la causa como el firmante del acta de nacimiento de Carolina, hecho que el mismo mĆ©dico confirmĆ³ pues atendiĆ³ el parto en el Sanatorio General Sarmiento, aunque en el acta consta que el parto fue en el domicilio de los Bianco-Wehrli. Los mĆ©dicos Julio CĆ©sar Caserotto y TomĆ”s Ɓngel JosĆ© Calello tambiĆ©n son nombrados en la causa, aunque aĆŗn no se determinĆ³ el grado de participaciĆ³n que tuvieron.

La causa es de mediados de los '80, y en los primeros dĆ­as de abril del '86 el entonces juez federal subrogante, Pablo HernĆ”n Quiroga, se apersono en la casa cita en la avenida Riccheri 565 de Bella Vista, donde moraba el matrimonio Bianco-Wehrli. No los encontrĆ³ allĆ­ y se dirigiĆ³ a PerĆ³n 393, departamento 11, domicilio de los padres de Wehrli, donde tampoco los encontraron.


La fuga
Desde entonces el matrimonio se fugĆ³ a Paraguay con lo chicos, Bianco haciendo abandono de servicio en su cargo en el EjĆ©rcito, y Wehrli sin pedir licencia del Colegio Nacional de Bella Vista, donde se desempeƱaba como profesora, eludiendo ambos el accionar de la justicia.

En AsunciĆ³n del Paraguay, Bianco se hacĆ­a pasar por el mayor Bianchi, se domiciliĆ³ en la calle Enrique Solano LĆ³pez 1354, y enviĆ³ a los chicos al 'Colegio Argentino', anotĆ”ndolos como Polimeni, apellido materno del ex militar. Siempre resistiĆ³ la extradiciĆ³n hasta fines del '97, cuando fue traĆ­do al paĆ­s y encarcelado en el penal de Caseros. Los chicos, siendo ya adolescentes, fueron casados, de manera que ahora es por propia voluntad que deben realizarse los anĆ”lisis de ADN y confirmar su identidad.


Hijos de desaparecidas
En su declaraciĆ³n los imputados procesados confirman que no son los padres biolĆ³gicos de Pablo y Carolina, aunque negaron la retenciĆ³n y ocultaciĆ³n de los menores del poder de sus padres, "toda vez que refirieron haber actuado en ambas ocasiones con el consentimiento de las respectivas madres de las criaturas".

El juez Markevich, teniendo varios grupos familiares que reclaman por los chicos, seƱala que "las ciscunstancias de modo, tiempo y lugar en que Bianco desempeƱaba su actividad profesional durante el perĆ­odo en que los menores nacieran, la existencia de un Centro Clandestino de DetenciĆ³n en el destacamento militar de Campo de Mayo, apoyado en la concordancia existente con el resto de elementos probatorios colectados, son indicios suficientes que permiten afirmar en que los menores inscriptos son hijos de mujeres vĆ­ctimas de otra desapariciĆ³n forzada durante el Ćŗltimo rĆ©gimen militar".


(del Suplemento Especial de la ediciĆ³n NĀŗ 583 del miĆ©rcoles 24 de marzo del ´99)


Caso Bianco

Le inician un sumario de oficio

La pena mĆ”xima es la suspensiĆ³n de la matrĆ­cula por 6 meses.


El sĆ”bado pasado en la reuniĆ³n mensual que se realizĆ³ en el Colegio de MĆ©dicos del Distrito V, el doctor Osvaldo Biondini propuso que se incluyera en el temario el caso del doctor Norberto Bianco, dado que no estaba en el orden del dĆ­a y por la trascendencia que habĆ­a toma en la opiniĆ³n pĆŗblica.

Biondini, propuso en la reuniĆ³n que el Colegio de MĆ©dicos debĆ­a emitir una declaraciĆ³n de los motivos por los que se le otorgĆ³ la matrĆ­cula a Bianco, ademĆ”s de la sustanciaciĆ³n de un sumario.

De los 40 Consejeros hicieron uso de la palabra 12 para referirse al tema, en una discusiĆ³n que fue extensa y que dio como resultado que en la votaciĆ³n se aprobara la primera propuesta pero perdiera la de iniciar el sumario.


De oficio

Ante esta circunstancia el doctor Castillo, junto con Biondini y la doctora Irnaud firmaron la soli-citud de iniciaciĆ³n de un sumario. Esto lo hicieron "en bien del colegio, de la sociedad, e incluso de un imputado que puede llegara demostrar su inocencia", destacĆ³ el doctor Biondini.

Las reglamentaciones del Colegio de MĆ©dicos establecen que cualquier persona puede soli-citar la iniciaciĆ³n de un sumario. En este caso lo hicieron tres Consejeros de la entidad.

Para que el Colegio se expida no hay un plazo estimado. El asesor legal debe abrir una carƔtula de acuerdo a la denuncia, se de-signa un Consejero Sumariante que no sea de la zona que se encarga de llamara a los testigos. Esto suele ser lento porque, muchas veces los mƩdicos citados no pueden concurrir a declarar y la causa se demora.


Dictamen

Cuando el sumario se concluyĆ³ es enviado al Tribunal de Disciplina que lo analizan y dictaminan si corresponde o no la sanciĆ³n. Esa resoluciĆ³n vuelve al Consejo del Colegio de MĆ©dicos que toma conocimiento de la misma para que se lo comunique al sumariado. Este, a su vez, puede apelar.

La apelaciĆ³n se hace a nivel del tribunal Disciplinario Provincial en La Plata, que puede refrendar o no el dictamen del Tribunal ante-rior. Si esta lo refrenda, el imputado tiene el poder de apelar nuevamente ante la justicia civil. De todos modos, la pena mĆ”xima que puede imponer el Colegio de MĆ©dicos es de suspensiĆ³n de matrĆ­cula por 6 meses.


La matrĆ­cula

Aseguran que estuvo bien otorgada

De acuerdo a las normas del Colegio de MĆ©dicos correspondĆ­a que se la restituyeran.


Los Colegios de MĆ©dicos estĆ”n regidos por una Ley provincial, que establece que no se le puede negar su matrĆ­cula a quien no estĆ© sancionado, previo sumario, o que por orden judicial se le suspendiĆ³ la matrĆ­cula.

"El doctor Norberto Bianco no tiene ningĆŗn sumario en el Colegio de MĆ©dicos y no estaba sancionado, ademĆ”s anteriormente ya tenĆ­a su nĆŗmero de matrĆ­cula a la que creo que le dio de baja cuando se fue", explicĆ³ el doctor Osvaldo Biondini, Consejero de la entidad e integrante de la AsociaciĆ³n MĆ©dica de General Sarmiento.

TambiĆ©n aclarĆ³ que, por esa Ley que rige al Colegio de MĆ©dicos, este hizo lo que corres-pondĆ­a. En tal sentido, emitirĆ”n una declaraciĆ³n aclarando los alcances de la Ley y los principios que rigen en el CĆ³digo de Etica, en cuanto a los hechos que se imputan al doctor Bianco.


El sumario

El texto del documento firmado por los doctores Biondini, Castillo e Irnaud y presentado ante el Colegio de MĆ©dicos para que se inicie el sumario al mayor mĆ©dico Norberto Bianco, dice: "Ante hechos que han tomado estado pĆŗblico, que constan en notas periodĆ­sticas aportadas por Consejeros de este colegio, los abajo firmantes creemos que ante la gravedad de los hechos presuntamente cometidos por mĆ©dicos y allĆ­ denunciados (falta al CĆ³digo de Etica, capĆ­tulo 1, artĆ­culo 3Āŗ) es imprescindible la sustanciaciĆ³n de un sumario. Entendemos como inexcusable responsabilidad del Colegio de MĆ©dicos el aclarar los hechos dentro de sus posibilidades, en salvaguarda de la inocencia de los inculpados, si del sumario asĆ­ surgiera, o bien en resguardo de la dignidad de la profesiĆ³n mĆ©dica y de la sociedad a la cual sirven, si resultaran culpables".


(Publicado en la ediciĆ³n NĀŗ 584 del viernes 26 de marzo del ´99)


SustracciĆ³n de bebĆ©s

Rechazaron la incorporaciĆ³n de Bianco

La AsociaciĆ³n MĆ©dica de General Sarmiento (AMGS) no quiere que sea socio de la entidad y decidiĆ³, por una-nimidad, rechazar su ficha de inscripciĆ³n.


Los mĆ©dicos miembros de la ComisiĆ³n Directiva de la AMGS, que abarca los distritos de San Miguel, JosĆ© C. Paz y Malvinas Argentinas, se reunieron para evaluar los pedidos de incorporaciĆ³n de nuevos socios, como ocurre durante los meses de marzo y septiembre de cada aƱo. La reuniĆ³n tenĆ­a en su lista un caso especial, el del ex mayor Norberto Atilio Bianco quien habĆ­a solicitado su reincorporaciĆ³n a la entidad en febrero, luego que en noviembre el Colegio de MĆ©dicos de la provincia le rehabilitara la matrĆ­cula 51309 para ejercer la medicina. El profesional, especializado en traumatologĆ­a, estĆ” denunciado en la justicia federal por la apropiaciĆ³n de dos menores y adulteraciĆ³n de sus identidades, hechos por los que estuvo prĆ³fugo en Paraguay por mĆ”s de una dĆ©cada, siendo luego detenido por un aƱo en la cĆ”rcel de Caseros, y estando a la espera de la sentencia definitiva.


El debate

El encuentro de los profesionales se realizĆ³ en la sede de la entidad, Belgrano 1546 de San Miguel, el 29 de marzo, con la presencia de mĆ©dicos que no forman parte de la ComisiĆ³n Directiva, pero que estatutariamente tienen el derecho a participar y debatir, pero no pueden emitir voto. Los doctores Eduardo Fuentes (presidente) y Domingo Grande (se-cretario general) encabezaron el encuentro, donde se tratĆ³ el caso que mereciĆ³ un profundo y prolongado anĆ”lisis por parte de todos los miembros de la comisiĆ³n.

Entre los elementos con que se contĆ³ en el debate se encontraban la querella contra Bianco, que obra en la justicia por apropiaciĆ³n de dos menores; la resoluciĆ³n de prisiĆ³n preventiva que le dictĆ³ el juez Markevich, que La Hoja publicĆ³ en exclusiva en su ediciĆ³n del 24 de marzo; un informe de la organizaciĆ³n Abuelas de Plaza de Mayo sobre la maternidad clandestina que funcionĆ³ en Campo de Mayo durante el Proceso, donde Bianco cumpliĆ³ un rol protagĆ³nico; los testimonios judiciales de los mĆ©dicos Agatino Di Benedetto, ex director del hospital Militar de Campo de Mayo, y CĆ©sar Caserotto, jefe del Ć”rea de Maternidad del mismo centro mĆ©dico, que confirman la existencia de una maternidad clandestina en el lugar, donde parĆ­an mujeres desaparecidas; y el testimonio que el mismo doctor Bianco prestĆ³ el 17 de marzo pasado, donde el profesional afirmĆ³ que las cir cunstancias histĆ³ricas lo hicieron actuar como lo hizo, y agregĆ³ no estar arrepentido de nada de lo actuado en aquella Ć©poca, y que si estuviera en una situaciĆ³n similar lo volverĆ­a a hacer.


La resoluciĆ³n

Luego del debate se dio a conocer una resoluciĆ³n que determina "no hacer lugar a la solicitud del doctor Norberto Atilio Bianco (MP 51.309) de incorporaciĆ³n como asociado a esta AsociaciĆ³n MĆ©dica".

De esta manera Bianco podrĆ” ejercer la medicina normalmente, por lo que no se le impide su derecho a trabajar, pero al no poder ser incorporado a la AsociaciĆ³n no puede ofrecer el servicio a afiliados de las obras sociales con las que Ć©sta mantiene convenios.

No se descarta que en los prĆ³ximos dĆ­as el ex mayor intente ser incorporado a una AsociaciĆ³n MĆ©dica de algĆŗn distrito vecino.


Fundamentos

Los motivos del rechazo

Las causas por la cual Bianco no fue aceptado como socio de la AMGS.


Los considerandos de la re-soluciĆ³n se transforman en antecedente clave para cualquier situaciĆ³n similar que pueda repetirse, y que ademĆ”s se da de bruces con la resoluciĆ³n del Colegio de MĆ©dicos de la provincia que, sin ningĆŗn cuestionamiento Ć©tico, le devolviĆ³ la matrĆ­cula a Bianco.


Los considerandos

En once puntos, los miembros de la ComisiĆ³n Directiva fundamentaron los motivos para no aceptar al profesional. Entre ellos se menciona que Bianco "mantiene en la Justicia una causa abierta por la apropiaciĆ³n indebida e ilegĆ­tima de dos niƱos registrados como hijos propios a travĆ©s de instrumentos pĆŗblicos falsos", hechos "aceptados en la misma causa" por Bianco y su esposa, Susana Wehrli. Otras cuestiones que se tuvieron en cuenta fueron que el solicitante eludiĆ³ el accionar de la justicia para esclarecer el origen de los niƱos, y que ademĆ”s "se le imputan haber cometido otros delitos vinculados con la violaciĆ³n de derechos humanos relacionados con niƱos nacidos en cautiverio y cuyas madres posteriormente desaparecieron" (imputaciones basadas en testimonios de personal y colegas de Bianco que prestaron servicios junto a Ć©l en el Hospital Militar de Campo de Mayo durante el Proceso).

"Todos estos hechos configuran una grave falta Ć©tica y moral por cuanto importan una transgresiĆ³n al compromiso del mĆ©dico con la vida", dice el texto, a la vez que agrega: "la sociedad en su conjunto condena y repudia hechos como los aludidos, habiĆ©ndolo manifestado de distintas maneras y oportunidades". El antecedente que parte de nuestra sociedad mantenga vivo el espĆ­ritu y el deseo de conocer el destino de sus familiares desaparecidos, y mĆ”s aĆŗn cuando se trata de niƱos, tambiĆ©n se tuvo en cuenta. La AsociaciĆ³n MĆ©dica recibiĆ³ inquietudes en tal sentido, y seƱalĆ³ que "no puede permanecer ajena e insensible a su requisitoria". Por Ćŗltimo agregan que Norberto Atilio Bianco, "en oportunidad de su entrevista con miembros de la ComisiĆ³n Directiva no ha justificado los cargos e imputaciones que se le hacen". Por tales razones no hacen lugar a la solicitud de incorporaciĆ³n como asociado de la AMGS.


Primer paso

MĆ”s allĆ” del rechazo planteado el lunes pasado, se mantiene en pie la pregunta sobre la cantidad de mĆ©dicos que estĆ”n en condiciones similares a la de Bianco. Las denuncias de los organismos de derechos humanos y las causas judiciales mencionan a numerosos profesionales que colaboraron activamente con la desapariciĆ³n y exterminio de personas y, lo que es mĆ”s grave, con la sustracciĆ³n de bebĆ©s durante el Proceso.

Muchos de ellos estĆ”n ejerciendo normalmente la medicina, siendo socios de la AsociaciĆ³n MĆ©dica de General Sarmiento, o de cualquier otra entidad similar en otro lugar del paĆ­s. Los casos de BergĆ©s, Caseroto y Di Benedetto tal vez sean los mĆ”s emblemĆ”ticos. Luego de mĆ”s de veinte aƱos, reciĆ©n se dio el primer paso.

El periodista Jorge Camarasa, en su libro 'Odessa al sur', acerca de los nazis en Argentina, seƱala que el Josef Menguele no pudo ejercer la medicina en nuestro paĆ­s porque tenĆ­a un nombre apĆ³crifo (Helmut Gregor), pero que luego blanqueĆ³ su situaciĆ³n. A fines del '58, un grupo de sobrevivientes de los campos de concentraciĆ³n reunidos en Auschwitz lo acusĆ³ formalmente del delito de genocidio, la primera reacciĆ³n internacional provino de los claustros universitarios. "Los miembros del Consejo AcadĆ©mico de la Universidad Johann Wolfgang Goethe, de Frankfurt, anularon el doctorado en Medicina obtenido por Menguele", dice Camarasa en la pĆ”gina 122 de su investigaciĆ³n. A pesar que el prĆ³fugo litigiĆ³ para que se revirtiera la medida, la universidad no dio marcha atrĆ”s.


(Publicado en la ediciĆ³n NĀŗ 587 del lunes 5 de abril del `99)


La matrĆ­cula

El comunicado del Colegio

Veinticuatro horas despuĆ©s del rechazo se emitiĆ³ un comunicado, sin firma, que tiene el membrete del Colegio de MĆ©dicos de la provincia.


El miĆ©rcoles, a Ćŗltima hora, llegĆ³ a la redacciĆ³n de La Hoja una fotocopia de un supuesto comunicado del Colegio de MĆ©dicos de la provincia de Buenos Aires, distrito V, sin firma aclaratoria donde elĆ­pticamente tocan el caso Bianco. El texto estĆ” fechado en LujĆ”n, el pasado 30 de marzo (24 horas despuĆ©s que Bianco fuera rechazado como socio de la AMGS), tiene el sello del Colegio de MĆ©dicos, y suscribe Consejo Directivo - Distrito V.


Lo que dice

"Ante hechos que son de pĆŗblico conocimiento (sic) se hace saber que desde siempre el Colegio ha defendido la vida y la integridad corporal como uno de los mĆ”s esenciales y sagrados derechos inalienables de la persona humana", comienza diciendo. "Asimismo condena y repudia todos los actos contrarios a la naturaleza humanĆ­stica de la profesiĆ³n, agravados cuando se cometen en un marco de indefensiĆ³n de las vĆ­ctimas, constituyĆ©ndose en delitos de lesa humanidad", agrega.

Al hacer referencia al primer compromiso Ć©tico de los mĆ©dicos seƱala que "la defensa de los Derechos Humanos viene explicitada desde el Juramento HipocrĆ”tico del cual se nutren los principios contenidos en las normas Ć©ticas que todo profesional mĆ©dico ha de respetar como parte sustancial del ejercicio de esa vocaciĆ³n".

Sin mencionarlo, pero en obvia referencia al caso Bianco, el Concejo Directivo del Colegio de MĆ©dicos seƱala que la entidad "es creada por ley, la cual establece cuĆ”les son los requisitos que ha de cumplir el profesional para ser habilitada su matrĆ­cula. Y en la misma norma legal se establecen taxativamente cuĆ”les son las Ćŗnicas causales que constituyen impedimento para el otorgamiento o rehabilitaciĆ³n de la matrĆ­cula profesional a quien posea el tĆ­tulo respectivo conforme a la ley".

Finalmente el Colegio "ratifica su indeclinable defensa de la vida y de la integridad personal, asĆ­ como esencial respeto por el cumplimiento del ordenamiento jurĆ­dico que constituye la base de la vida en democracia".


Lo que no dice

A su vez La Hoja tuvo acceso al CĆ³digo de Ɖtica del Colegio de MĆ©dicos de la provincia de Buenos Aires, del cual solo transcribiremos su artĆ­culo 3Āŗ. "En toda actuaciĆ³n el profesional cuidarĆ” a sus enfermos, ateniĆ©ndose a su condiciĆ³n humana. No utilizarĆ” sus conocimientos contra las leyes de la humanidad y en ninguna circunstancia le es permitido emplear mĆ©todos que disminuyan la resistencia fĆ­sica y la capacidad mental de un ser humano en forma definitiva, si ello no estĆ” condicionado por una indicaciĆ³n terapĆ©utica o profilĆ”ctica muy precisa, siendo en estos casos conveniente obtener la aprobaciĆ³n de una junta MĆ©dica. TratĆ”ndose de enfermos que habiten en lugares apartados esta responsabilidad podrĆ” ser tomada solamente por el mĆ©dico de cabecera. La prohibiciĆ³n precedente comprende, asĆ­ mismo, las llamadas drogas de la verdad y todo otro tipo de apremio ilegal.

"El personal de salud, especialmente los mĆ©dicos, encargados de la atenciĆ³n mĆ©dica de personas presas o detenidas, tienen el deber de brindar protecciĆ³n a la salud fĆ­sica y mental de dichas personas y de tratar sus enfermedades en el mismo nivel de calidad que brindan a las personas que no estĆ”n presas o detenidas.

"Constituye una violaciĆ³n patente de la Ć©tica mĆ©dica, asĆ­ como un delito con arreglo a los instrumentos internacionales aplicables, la participaciĆ³n activa o pasiva del personal de salud, en particular los mĆ©dicos, en actos que constituyen participaciĆ³n o complicidad en torturas u otros tratos crueles, inhumanos o denigrantes, incitaciĆ³n a ello o intento de cometerlos.

"Constituye una violaciĆ³n a la Ć©tica mĆ©dica el hecho de que el personal de salud, en particular los mĆ©dicos, tengan con los presos o detenidos cualquier relaciĆ³n profesional cuya sola finalidad no sea evaluar, proteger o mejorar la salud fĆ­sica y mental de Ć©stos.

"Es contrario a la Ʃtica mƩdica el hecho de que el personal de salud, en particular los mƩdicos:

"a) Contribuyan con sus conocimientos y pericia a interrogatorios de personas presas y detenidas en una forma que pueda afectar la condiciĆ³n o salud fĆ­sica o mental de dichos presos o detenidos y que no se conforme a los instrumentos internacionales pertinentes;

"b) Certifiquen o participen en la certificaciĆ³n de que la persona presa o detenida se encuentra en condiciones de recibir cualquier forma de tratamiento o castigo que pueda influir desfavorablemente en su salud fĆ­sica y mental y que no se concuerde con los instrumentos internacionales pertinentes o participen de cualquier manera en la administraciĆ³n de todo tratamiento o castigo que no se ajuste a lo dispuesto en dichos instrumentos.

"La participaciĆ³n del personal de salud, en particular los mĆ©dicos en la aplicaciĆ³n de cualquier procedimiento coercitivo a personas presas o detenidas es contraria a la Ć©tica mĆ©dica, a menos que se determine, segĆŗn criterios puramente mĆ©dicos, que dicho procedimiento es necesario para la protecciĆ³n de la salud fĆ­sica y mental o la seguridad del propio preso o guardianes, y no presenta peligro para la salud del detenido.

"No podrĆ” admitirse suspensiĆ³n alguna de los principios precedentes por ningĆŗn concepto, ni siquiera en el caso de emergencia pĆŗblica".
(Publicado en la ediciĆ³n NĀŗ 587 del lunes 5 de abril del ´99)

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